domingo, 24 de marzo de 2013

" Rumba" un film belga maravilloso y original (copia completa)

"RUMBA"

Hoy quiero presentarles un film que me dejó fascinada y espero que en Uds. produzca la misma sensación.
Es un film clownesco pero con profundas puntos de vistas de los directores Dominique Abel, Fiona Gordon, Bruno Romy acerca  la vida, las vicisitudes de la misma, la pasión por el baile. Los encuentros y desencuentros y el amor. 
Un film para reir con algunas escenas, (aunque aveces la sonrisa se nos congele en el rostro) pero tambien para reflexionar.
Un film para ser visto por grandes y chicos e incluso en clase.








Trailer del film "Rumba"

http://www.dailymotion.com/video/x69s15_rumba-bande-annonce_shortfilms#.UU_DoaBvzEU
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Film completo subtitulado al español "Rumba"

http://www.youtube.com/watch?v=H5f-olE9BfU&list=PL5AgAQ309l6iGiW_8PpNq_KdAYScroRPl&index=44
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Los actores y directores del film "Rumba"

http://www.youtube.com/watch?v=MWNL_GL4VaQ
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SINOPSIS 
Fiona y Dom son maestros de una escuela de campo. Comparten su pasión por el baile latino y están muy enamorados. Los fines de , acuden a los concursos regionales de baile. En su casa rebosan los trofeos. Una noche, de vuelta de un concurso, intentan evitar a un torpe suicida, plantado en  de la carretera. Su coche se aplasta contra una pared. Y su vida vuelca.


CINE › RUMBA, DE Y CON DOMINIQUE ABEL, FIONA GORDON Y BRUNO ROMY

Cuando la calamidad se puede bailar

El film franco-belga se permite hacer coexistir con eficacia lo naïf y lo macabro, con el gag visual como unidad semántica y dos protagonistas que afrontan las desgracias de su vida con un sentido de adaptación seco, pero no resignado.


El carácter funámbulo de los protagonistas, la paleta de colores vivos, la música a la que el título refiere y la estética como de parque de atracciones hacen de Rumba una de esas películas a las que suele endilgarse el mote de “encantadoras”, calificativo siempre en peligro de autosatisfacción. ¿Cuán encantadora puede ser esta película, si incluye una amputación, la pérdida del hogar, la imposibilidad definitiva de bailar para quien hizo del baile su vida, reiterados intentos de suicidio y una amnesia postraumática, que impide reconocer a la mujer amada? No puede decirse de Rumba que sea una película encantadora si no se agrega que es triste, dolorosa, de-sesperante, y también llena de ánimo y entusiasmo. Esta múltiple condición hace de ella un film de infrecuente generosidad, tanto en sentido emocional como formal.
Autores de El iceberg –que se había visto en alguna edición del Festival de Mar del Plata–, los belgas Fiona Gordon y Dominique Abel parecen, más que marido y mujer, hermanos mellizos. Largos, huesudos y desgarbados, sólo el color de pelo los diferencia: él es morocho, ella pelirroja. De formación mímica y actoral, desde sus primeros cortos Gordon y Abel vienen practicando –en calidad de guionistas, actores, coproductores y codirectores, junto a Bruno Romy– un arte mudo, más en línea con la doble K kinética de Keaton y Kaurismäki que de la M morisquetera de Marcel Marceau o algún mimo de la calle. De Keaton heredan una concepción del mundo como suma de calamidades, a las que afrontan con un sentido de adaptación seco y no resignado. De Kaurismäki, la fusión de comedia muda y tragedia, más muda aún. De ambos, el estoicismo, que les permite no ceder a mohínes de clowns enharinados.
En Rumba, Gordon hace de Fiona y Dominique, de Dom. Profesores de secundario, lo que les da felicidad es bailar la rumba, el son, el mambo. El, un poco como turista, sacudiendo tal vez demasiado las manos. Ella, siempre a punto de descoyuntarse, pero no sin gracia y sensualidad. Después de ganar la enésima copa, se cruzan con el suicida más ineficaz del mundo (cuando espera el tren en la vía, el tren no viene; cuando se va, pasa; cuando vuelve, ya se fue) y sobreviene la desgracia. Habrá convalecencias, pérdidas, extravíos y desencuentros. Pero nada desalienta del todo a Fiona y Dom. Rumba es una de esas películas que transcurren en mundos ni enteramente distintos, ni totalmente parecidos a éste. Radicalmente minimal, unos pocos rasgos esenciales definen a lugares y decorados, visto siempre desde una única posición de cámara. Un pizarrón y unos pupitres hacen un aula; un portón que se entreabre, el salón de baile; un par de camas alineadas, la habitación de hospital.
Todos esos escenarios, aun los menos gratos, parecen siempre recién pintados, con colores de kindergarten. En el mundo de Abel y Gordon (cuya compañía productora se llama Courage Mon Amour), lo naïf y lo macabro no se repelen: coexisten. Pero no en busca del efecto truculento, a lo Grimm, sino como objeto de una perplejidad asombrada, que no declina ni ante lo peor. De visita en el hospital, un grupo de alumnos regala a la profesora, que se quedó sin pierna izquierda, la pantufla derecha. La paciente recibe por correo una pierna ortopédica. Pero no es de color piel, sino de un ostensible caoba. En medio de un festejo, la pierna se prende fuego, el fuego se comunica a la cortina y en cuestión de minutos la casa ardió y se calcinó, como los ciclones y tornados que arrasaban las de Keaton.
Recurriendo al gag visual como unidad semántica, Rumba recuerda que, en contra de lo que suele pensarse, un gag también puede ser dramático, lírico, melancólico, dark y hasta terrible. Véase cierto baile de sombras que toman el relevo de sus “dueños” discapacitados, el interminable ofrecimiento de café del amnésico Dom y, sobre todo, el aprovechador que desviste a Dom cómicamente, pero con una finalidad espantosa. Al revés de tanto cine minimalista, en el que el gag visual congela, como foto fija, una humanidad condenada al tic y la manía (imposible no pensar en el sueco Roy Andersson y La comedia de la vida), la reducción a unos pocos rasgos esenciales no funciona aquí como intento de atrapar y escrachar, sino de absorber el mundo en amplitud.
"RUMBA"
Francia/Bélgica, 2008.
Dirección y guión: Dominique Abel, Fiona Gordon y Bruno Romy.
Fotografía: Claire Childeric.
Intérpretes: Dominique Abel, Fiona Gordon, Philippe Martz y Bruno Romy.
Artículo extraído de Página 12 - Cultura y Espectáculos
Periodista: Horacio Bemades

sábado, 23 de marzo de 2013

Por qué los padres desconfian de las Instituciones educativas?


El ojo mocho

A partir del maltrato descubierto en el jardín Tribilín, en vez de reclamar una mayor intervención del Estado, un grupo de padres pidió que se instalaran cámaras web en los jardines maternales. La psicóloga Gabriela Dueñas cree que la educación no puede construirse sobre la base de la desconfianza, porque eso provoca una relación de clientelismo, violencia e indiferencia con la escuela.

La mamá se levanta. Le da el desayuno a su hija, le quita los restos de la mermelada, pelean por la ropa para ponerse. Al fin logra salir y la lleva, mitad de la mano mitad a upa, agitada, hasta el jardín de infantes y la deja junto con su mochila, su vianda para el mediodía y su camarita. Se dan un beso y se despiden. Le dice “chau” hasta la tarde, pero que la va a ver por la “tele de mamá”. De ahí vuelve a correr, un poco más agitada, para alcanzar el colectivo. Llega al trabajo. Saluda a sus compañeras de oficina. Hacen la rueda de saludos y reconocimientos sobre si tienen igual la cara o el pelo y se sienta en su computadora. Antes de empezar con el trabajo del día ya se conecta a la cámara del jardín. Su hija está llorando. Se queda diez minutos mirando una escena fija hasta que comprende que una amiga no le prestaba un juguete. Por fin se soluciona el habitual intercambio diplomático por quien planta la bandera de “es mío” y ella empieza a revisar el trabajo. Minimiza la pantalla que nunca se apaga del lugar en donde dejó a su hija para poder trabajar (pero, en realidad, la pantalla nunca la deja a ella del todo).

La escena no sucede. O no sucede todavía. Pero si bien ya hay jardines con webcams, después de los gritos del maltrato que fueron grabados en el jardín Tribilín de San Isidro, un grupo de padres y madres empezó a juntar firmas por Internet para que los jardines maternales puedan ser monitoreados por cámaras filmadoras.
“El problema es que la confianza está resquebrajada por los efectos del neoliberalismo de los noventa”, diagnostica Gabriela Dueñas, doctora en Psicología, licenciada en Educación y psicopedagoga. Ella es coautora del libro Paradojas de las instituciones escolares en tiempos de fluidez, editado por la Universidad Nacional de San Luis y La patologización de la infancia, Intervenciones en el aula –de próxima aparición– de Editorial Noveduc e integrante del equipo Forum Infancias, de prevención de la medicalización de las infancias actuales. Y advierte sobre la responsabilidad del Estado en posibilitar mejores cuidados en los y las lactantes, en que las y los docentes están cada vez más asustados ante las sospechas de los padres y en generar vínculos de participación pero no de clientelismo en relación con la escuela. “La escuela es uno de los espacios donde los chicos pueden jugar que está tan restringido en la vida actual por la inseguridad”, valoriza.


¿Cuál fue el efecto en las escuelas de las grabaciones en donde se oyen maltratos a los chicos y chicas del jardín Tribilín?
–Lo que produce Tribilín es la exacerbación de una problemática que ya se venía viendo y nos estaba preocupando a los que trabajamos con niños y adolescentes. No es de ahora. Es un problema complejo pero que remite a las lógicas del mercado que dejaron las políticas neoliberales en la escuela. La relación de los maestros y las familias cambió por una relación de proveedores y clientes. La lógica del mercado impactó en la escuela por la lógica de la oferta y la demanda, con la idea de que lo que importa es que el cliente siempre tiene la razón, y esto va a contramano de la educación y la socialización. 

Pero los noventa dieron lugar a que se trastruequen las relaciones y los maestros pasen a ser empleados y los padres clientes. Pero de eso no se habla. Las escuelas privadas padecen esto pero prefieren no hablar. Y esto también pega en las escuelas públicas. Porque lleva a exigir en las escuelas determinadas expectativas a las y los docentes que, cuando no cumplen, pueden reclamar como cuando algo que compran les viene fallado. Pero la pedagogía es una ciencia y uno puede dar muchas explicaciones pero no todas. Por ejemplo, el padre viene enojado porque el maestro le enseñó las cuentas de una manera que él no entiende. Este es un fenómeno de hoy en día, en donde se enseña con un nuevo método, con nuevos dispositivos didácticos. El chico trae en el cuaderno cuentas que van descomponiendo que los padres no entienden porque responde a otra didáctica. Si yo estoy haciendo otra receta no es bueno que te metas. Se espera que el vínculo se apoye sobre la confianza. Que se elija bien la escuela como se elija bien a un médico, pero uno no se puede levantar en medio de una cirugía y decir: “¿Qué me estás haciendo?”. También tenés que confiar que le van a enseñar bien a tu hijo. Todo parte del vínculo de la confianza, que está resquebrajada por los efectos del neoliberalismo de los noventa y que pasamos de la dictadura en donde el lema era “no te metás” al “sálvese quien pueda” y ambas lógicas fracturaron las relaciones. Así, es tan complicado cuidar a un chico como cuando los padres que están separados no acuerdan y uno dice blanco y otro dice negro.

¿La participación de los padres en la escuela no es positiva?
–La participación de los padres es positiva y saludable, la pedimos por favor. Pero tiene que ser en tiempo y forma y no basada en la desconfianza. Cuando el padre va a la escuela debe ir por la puerta grande e ir a ver qué pasa con su hijo, si tiene un problema, y no en calidad de detective o porque no se está cumpliendo con lo que le vendieron.
Si hay nuevos métodos de enseñanza, ¿no se les pueden dar clases a las mamás y papás para que puedan acompañar a sus hijos en el aprendizaje?
–Eso es lo primero que hay que hacer. Pero no la desconfianza que implica que seguramente sos un vago y estás dando la clase así nomás. El niño es hoy, como nunca antes en la historia, escolarizado desde muy temprana edad y cualquier cantidad de horas por día, pero a eso le sumamos que los padres que institucionalizan a sus hijos desde los 45 días lo hacen en un lugar en el que no confían. ¿Qué pueden sentir los hijos? ¿Cómo mi papá me deja acá? Los chicos no confían tanto en los maestros porque los padres les están diciendo que más vale no confiar tanto. Pero también daña la relación con los padres, porque si no confían en los maestros: ¿por qué me están dejando acá? Los chicos no lo pueden poner en palabras, pero no prestan atención en clase y cuando viene la maestra o directora a decirles algo les contestan con un gesto desafiante. 

Eso viene como respuesta a que no reconocen la autoridad de un adulto que los está cuidando por lo que están escuchando en la casa. Se perdió la investidura que tenía el docente.
¿Esto genera violencia?
–Esta relación con frecuencia termina en estallidos de violencia. Cualquier maestro se te va a quejar de esto en escuelas públicas y privadas. En general, los maestros les tienen miedo a los padres. Las actitudes que generan frente a ese temor son defensivas: la comunicación no es fluida y el vínculo se ve afectado. A raíz de las denuncias de Tribilín, si un chico se cae y está sangrando, en vez de abrazarlo lo primero es buscar un testigo, anotar la hora, porque tenés miedo de tocarlo. Cuando un chico tiene un ataque de angustia y sale del aula, que es algo muy común, hay que contenerlo y frenarlo, pero no vaya a ser que una uña larga lo vaya a marcar o un forcejeo con un chico que está con un ataque de ira o angustia, porque el menor roce te lo inculcan a vos. Entonces el cotidiano escolar es un infierno. Otra situación difícil es si llamás a los padres porque a un chico le duele la panza y te dice que le habrá gritado la maestra. ¿Y si era una apendicitis? ¿Quién se come el juicio? Así estamos todos los días. Esto no ocurre en el ciento por ciento de los casos pero ocurre en muchos casos, que producen el malestar de los docentes. Vos llamás a los padres y les decís que está vomitando su hijo y no te creen, o los adolescentes te caen borrachos y se te caen en la escuela y los padres te dicen “no puede ser”.

Sin embargo, lo de Tribilín ocurrió y por suerte se descubrió el maltrato.
–Pero Tribilín era un comercio, no era una escuela. Era una truchada. No había ningún tipo de supervisión, ni control. No se puede trasladar lo que sucedía ahí a todas las escuelas. En Canal 13 llevaron durante la cobertura del caso a un especialista que quería que los chicos llevaran cámaras portátiles. Eso tiene una intención especialmente cuando ves a un tipo que te quiere vender una cámara para que lleves a todas las escuelas. La inseguridad está al servicio del mercado. Los medios contribuyen muchísimo.
Por una iniciativa de un grupo de padres se están juntado firmas para que en todos los jardines maternales haya cámaras para que se pueda controlar cómo están sus hijos.
–Los padres pueden fijarse bien a qué escuela van sus hijos, tienen que tomarse todo el tiempo del mundo. Pero una vez que la eligen tienen que dar un voto de confianza. Ese voto de confianza tiene que estar para criar. Yo no digo que los padres no vean lo que está pasando en la escuela, pero ejercer un control en la escuela supone que no se confía ni en la maestra ni en la escuela en que se deja al niño tantas horas. Esa desconfianza genera un daño en el niño, que se siente profundamente inseguro en manos de alguien en quien sus padres no confían.

¿Qué pasa con el Estado, que no investigó que un jardín no estuviera habilitado?
–El Estado es el garante de que se cumplan los derechos de los niños. Ahí el Estado estuvo ausente y, en su lugar, cada vez que se corre el mercado está acechando. En el Chaco apareció un chico con un arma en la escuela. ¿Dónde estaban los psicólogos y las psicopedagogas? La directora decide que vayan los chicos con mochilas transparentes. Eso da lugar a que se redoblen los dispositivos de control y quién sale ganando con todo esto: los que venden las armas, las mochilas transparentes, las cámaras de seguridad. Si vos querés tener controlado a alguien es a través del miedo.
Tribilín era un jardín donde iban bebés. ¿Qué pasa cuando se deja a un hijo que todavía no habla en una institución?
–Se movilizan miedos bien viscerales, entonces la culpa viene exacerbada a la enésima potencia y es terreno fértil para inocular más miedo y vender más dispositivos para controlar a los maestros y a los jardines maternales.
Hay una gran demanda de jardines maternales que faltan, especialmente, en la educación pública.

–Es que habría que reformar la legislación laboral para que las madres tengan un tiempo mayor de 45 días para que un chico esté medianamente fortalecido para recién después institucionalizarse. Esto no debería generarles culpa a las madres sino a los legisladores y al Estado. Las leyes laborales la obligan a la madre a volver a trabajar a los 45 días. Para la madre es un desgarro dejar a un niño en manos de un desconocido. En políticas de Estado eso cuesta más plata, porque cuando llegan a primer grado le dan la pastillita para que se quede quieto. Pero Tribilín no era para pobres. Estaba en San Isidro, en una zona de clase media, y valía 1900 pesos por mes. Cualquier madre si presta atención a un niño detecta rápidamente si es maltratado, porque puede ocurrir en la mejor escuela del país. Aunque también hay una responsabilidad social. La vecina después declaró que veía cómo les hacían submarino a los chicos y un plomero dijo que vio cómo encerraban a cuatro nenes en un placard. La responsabilidad es primero del intendente (Gustavo Posse), después de la Dirección de Escuelas y de todos como sociedad. ¿Cómo nadie hizo la denuncia? Son cómplices. Vos no podés ver que están torturando a un pibe y no hacer nada porque viniste a arreglar un caño. Para criar a un niño hace falta una aldea. No se puede solo. Pero si desconfiamos de todos no se puede.


Fuente:
Página 12
Suplemento Las 12
Viernes, 22 de marzo de 2013
Periodista: Luciana Peker

martes, 19 de marzo de 2013

El fuego que todo lo destruye, también destruye cultura

El diario francés Le Monde incineró 50.000 fotografías irrecuperables de notables escritores realizadas por el fotografo DANIEL MORDZINSKI


EL DIARIO FRANCES INCINERO EL ARCHIVO DE DANIEL MORDZINSKI

“Le Monde”, el fuego inexplicable

El periódico vació la oficina y quemó dos mil rollos con retratos de Borges, Cortázar, García Márquez, Vargas Llosa, Aira y muchos otros escritores genialmente retratados. “No hubo persecución ni complot, sólo incompetencia”, dice el fotógrafo.

Primero quemar, después una espiral de silencio. La piel se eriza, los párpados tiemblan. Cientos de imágenes entrañables quedan impresas a fuego en las retinas. Todos los personajes de este relato, las fotos de una vida, de cientos de vidas, no son imaginarios. El tiempo corre hacia atrás. La sonrisa de un Cortázar barbudo y de anteojos arde; el perfil de Borges, con las manos aferradas a su bastón, arde. Los retratos fabulosos de Gabriel García Márquez, Guillermo Cabrera Infante, Adolfo Bioy Casares, Roberto Bolaño, Mario Vargas Llosa, Fogwill, Ricardo Piglia, César Aira y Michel Houellebecq, entre tantos escritores, arden. Años y años de trabajo crepitan en la hoguera de la desidia y estallan en nuestros ojos como lágrimas. Le Monde destruyó el archivo de Daniel Mordzinski, nada menos que 50 mil fotografías tomadas entre 1978 y 2006, que el fotógrafo argentino guardaba en una de las oficinas de ese diario. “Parece una mala película, pero es lo que pasó. Yo también quedé destruido con la pérdida de todas esas instantáneas de mi vida”, confirma Mordzinski, desde París, a Página/12. “No hubo persecución ni complot, sólo incompetencia. Como decía Lampedusa en Il Gatopardo, sólo hay que tenerle miedo a la estupidez humana. Entraron a la oficina y pensaron que estaba desocupada y tiraron todo lo que había allí. Lo peor es que por falta de medios nunca pude digitalizar mis archivos y el 99 por ciento se perdió para siempre.”
El fuego no es una metáfora de alto impacto ni un golpe bajo. Es, aunque cueste aún creerlo, un elemento más de esta noticia insólita, brutal. ¿Habrá vocablos más bestiales que eliminar, destruir, quemar? El archivo fotográfico de Mordzinski, una especie de atlas literario monumental, fue enviado a un sótano de Le Monde el 7 de marzo pasado, porque el diario decidió darle a otra persona el despacho que utilizaba el fotógrafo. Sin consultar, sacaron los dos mil rollos de película, los arrojaron a un contenedor y los quemaron. El hombre que ha fotografiado los deseos y sueños de cientos de escritores, “ese traficante de almas”, como lo ha definido Imma Turbau en el prólogo del libro Fotógrafo entre escritores, no tiene consuelo. “Mi único bálsamo son las decenas de mails solidarios y fraternos de escritoras y escritores que estoy recibiendo”, confiesa “Danielito”, diminutivo amoroso de su abuelo paterno, el mismo que le aconsejó humildad y serenidad, dos atributos vitales de este gran artista. Enrique Vila-Matas, otro de los autores que se rindió al clic de su cámara, ha subrayado la misteriosa habilidad del fotógrafo argentino para empatizar con los escritores, “los seres más raros del mundo, gente que habitualmente tiene relaciones conflictivas con su propia imagen y, en realidad, relaciones complicadas con todo en general, para qué vamos a engañarnos”.
El primer retrato a Borges lo hizo en 1978, en Buenos Aires. Después, ya instalado en París, sumaría a Cortázar, a Juan José Saer, a Ernesto Sabato... el listado es tan abrumador que hace rato perdió la cuenta de cuántos escritores ha fotografiado. Las fotos de Mordzinski –desde las más lúdicas hasta las que parecen más “serias”– hablan. Cuentan las historias más íntimas de cada uno de los retratados, el silencioso torrente de sus voces capturadas por la mirada de un fotógrafo que escribe por otros medios una literatura trenzada de imágenes, sueños y memorias.
La idea de lo amateur, precisó en una entrevista con este diario en 2011, cuando expuso la muestra Las tres orillas en el Centro Cultural Recoleta, es algo que intenta mantener vivo. “En la palabra amateur está amar, y en mi búsqueda no hay lucro. No hay nada menos fotografiable que la profesión de escribir. No hay nada más solitario y efímero que un escritor. La noción de amar y de no lucrar es algo que me fascina, no saber por qué hago todo esto, por qué tengo esta colección de mariposas. La vida no se reduce a los retratos; me parece fascinante no haber perdido la capacidad de ser curioso y de escuchar a la gente. De poder hacer las fotos con los oídos y con los pies, caminando con los escritores. Y no solamente con los ojos, que es casi el lugar común.”
El narrador y traductor español José Manuel Fajardo, indignado por un hecho “tan vejatorio que no puede quedar en silencio”, fue el primero en publicar la noticia en su blog. “El periódico que reclama el respeto a la libertad de expresión en otros países ha hecho desaparecer para siempre la mayor parte de un trabajo artístico que daba testimonio excepcional de casi tres décadas de cultura, con fotos únicas de Cortázar y Borges, de momentos de intimidad en el corazón mismo de la literatura de nuestra época. Una decisión que es un monumento a la incompetencia y la imbecilidad. Rematada por un inexplicable silencio de Le Monde, que se convierte en la guinda de desprecio de un acto execrable.”
Fuente:
Suplemento Espectáculos de Página 12
MARTES, 19 DE MARZO DE 2013
Por Silvina Friera

PÁGINA WEB DONDE PODRÁN VER LAS FOTOS (que no se quemaron...) DE DANIEL MORDZINSKI
Carta de Daniel Mordzinski
Queridas amigas y amigos,

créamen si les digo que no me queda más remedio que molestarles con esta historia... porque la historia lo merece y porque ustedes, queridos amigos, son los únicos que la pueden sostener. Acaso con su firma de apoyo, pero eso ya lo verán mejor que yo.
La indignación y la pena me devoran y me digo que treinta y cinco años de retratar las letras no merecen que me rinda ahora; y menos ante un hecho como el que les quiero, necesito relatarles:
Durante más de diez años utilicé, en virtud de la alianza entre El País y Le Monde un despacho en el séptimo piso de la redacción parisina del vespertino, donde guardaba miles de negativos y diapositivas originales, que hace unos días desaparecieron, así, sin más. Miguel Mora, el corresponsal de El País en Francia, llegó el 7 de marzo último a este despacho y se encontró con que lo habían vaciado totalmente sin avisarnos y que todas nuestras cosas habían desaparecido. Nos pusimos a buscar y encontramos en un sótano el gran archivador --que yo mismo pinté de negro hace 10 años--. Nadie sabe ni quiere saber por qué decidieron "desaparecer" mi trabajo de toda la vida. Miles de fotos tomadas a lo largo de veintisiete años. Veintisiete años de esperas, nudos en la garganta, noches en vela, revelados angustiosos... Más allá de la injusticia y del absurdo, me encuentro con la gran paradoja de que Le Monde brinda sus mejores titulares --y estoy seguro de que con los más sinceros sentimientos-- para defender la libertad de expresión en Asia, el respeto por las tradiciones cuando hay una guerra o una catástrofe en exóticos lugares como Afganistán, Bosnia o Mali, pero miles de fotografías, centenares de dossiers con la leyenda « Cortázar », « Israel » « Escritores latinoamericanos », « Semana Negra de Gijón », « Carrefour de littératures », « Saint Malo », « Mercedes Sosa », « Astor Piazzola » etc, no les dicen nada y tiran todo a la basura sin consultar nada a nadie.
Necesito vuestra ayuda, aunque no haya nada que recuperar me gustaría que al menos quede constancia de que lo sucedido en Le Monde es más que una negligencia: es un profundo desprecio por un trabajo que forma parte de la memoria de nuestra cultura contemporánea, al menos en la medida en que sus protagonistas son los escritores que le dan naturaleza y dignidad a nuestra lengua y a nuestro mundo.
Solo se han salvado las cientos de fotos que alguna vez digitalicé para libros o exposiciones, el resto desapareció para siempre.
De veras que me da pena molestarles pero sé que comprenderán mi dolor y mi desazón.

Un abrazo grande.
Daniel Mordzinski
París, 18 de marzo, 2013


jueves, 14 de marzo de 2013

La Educación en Argentina

Preocupante retroceso de la educación en la Argentina




Cayó 20 puntos en 10 años, según un relevamiento internacional; el Ministerio de Educación lo objetó

La Argentina es uno de los países que más retrocedieron en la última década en materia educativa, según el informe PISA 2009, un estudio internacional que evalúa a los estudiantes de 15 años en comprensión de lectura, matemática y ciencias.
De 2000 a 2009, según esa medición, la Argentina cayó 20 puntos: de 418 a 398. El análisis comparativo, que cada tres años dirige la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y que en esta edición se realizó en 65 países y abarcó a 470.000 estudiantes, ubicó a la Argentina en el puesto 58. Entre los países de América latina, sólo superó a Panamá y a Perú en comprensión de lectura. Hace tres años, sobre un total de 58 países, la Argentina ocupaba el sitio 53.
El estudio, que se difundió ayer en todo el mundo, fue objetado por el Ministerio de Educación. Por eso, el Gobierno analiza, junto con otros países latinoamericanos, no presentarse en la próxima medición y hacer un estudio similar, pero con estándares que respondan a las características de la región.
El ministro de Educación, Alberto Sileoni, cuestionó específicamente que las pruebas realizadas "son concebidas para una realidad que no es la nuestra". Y en ese sentido, señaló que el 36% de los estudiantes relevados no están en el nivel educativo requerido por el test internacional, que prevé que a los 15 años hayan cursado por lo menos diez años de escolaridad en total.
"Ese porcentaje no es un dato menor", dijo Sileoni, y explicó que ese 36% de adolescentes que no está en el nivel esperado para su edad puede estar cursando grados de la primaria en escuelas para adultos o asistir a centros de formación profesional.
El funcionario agregó que "a tal punto es importante esta circunstancia" que, a raíz de una solicitud del gobierno argentino, el informe PISA incluye "una suerte de aclaración o enmienda" que dice: "La baja performance de los estudiantes de 15 años en la Argentina está en alguna medida influida por la gran proporción de estudiantes de 15 años enrolada en programas fuera de los años de la educación regular".
A partir de esa presentación del gobierno argentino, el consorcio PISA accedió a presentar por primera vez los resultados totales del país, y, por separado, con el título de "secundaria regular", los de los alumnos de 15 años que están en el nivel educativo requerido por la prueba.
En el país esa evaluación se tomó a 4474 estudiantes de 199 escuelas de gestión pública y privada en poblaciones urbanas y rurales. Si bien el puntaje va de 0 a 1000, el promedio obtenido en 2009 por todos los países participantes es de 570 puntos y, según dicen en el Ministerio de Educación, "ningún país habría alcanzado nunca los 1000 puntos". Los resultados totales para la Argentina fueron de 398 puntos en lectura, 388 en matemática y 401 en ciencia. En tanto, el fragmento de los estudiantes en la "secundaria regular" obtuvieron 439, 421 y 439 puntos respectivamente.
En el ranking mundial de 65 países, Shanghai, Corea del Sur, Finlandia, Hong Kong, Singapur y Taiwan obtuvieron las mejores calificaciones (ver aparte). En Comprensión de lectura, Chile ocupó el lugar 44, Uruguay el 47, México el 48, Colombia el 52, la Argentina el 58, y luego siguen Panamá y Perú. En matemática, Uruguay fue 47, Chile 49, México, 50, la Argentina 54, Brasil 55, Colombia 56 y Perú 63. Y en ciencia, Chile ocupó el lugar 44, Uruguay el 48, México el 50, Brasil el 53, Colombia el 54, la Argentina el 55 y Perú el 63.
CUESTIONAMIENTOS
El ministro destacó que los resultados de la prueba muestran también que "en términos absolutos respecto del rendimiento argentino 2006-2009 hemos mejorado como ha mejorado el resto de América latina".
Señaló que el puntaje de los argentinos subió, con respecto a hace tres años, 24 puntos en comprensión de lectura; 7 puntos en matemática y 10 puntos en ciencia. Y cuestionó que esta muestra "compara lo que no es comparable", porque "no es lo mismo comparar un país con un estado como es el caso de Shanghai (China), donde sólo se hizo, además, en la población escolar urbana".
De los nueve países de América latina que participaron de la prueba de comprensión de lectura -área en la que se puso mayor atención esta vez-, la Argentina se ubica en el sexto lugar. Por encima están Chile, con 449 puntos; Uruguay, con 426 puntos; México, con 425; Colombia, con 413, y Brasil, con 412.
El subsecretario de planeamiento educativo de la Nación, Eduardo Aragundi, comentó que el lugar de la Argentina sería otro más favorable si se tomara el puntaje total obtenido por los estudiantes que están en el nivel requerido por este examen. "Chile encabeza en la región porque hace 20 años que viene invirtiendo en Educación, aun con las tensiones que esto le significa", dijo Sileoni, y auguró: "Si nosotros persistimos en la inversión seguramente seguiremos mejorando".
Para el ministro "hay países que están mejor que la Argentina, pero atienden a un porcentaje mucho menor de alumnos". Señaló que en los últimos años el sistema educativo argentino sumó a unos 150.000 chicos de los sectores pobres, sin contar con la última incorporación, que deviene de la implementación de la asignación universal por hijo.
"Está claro que un país que tiene el 81% de tasa de escolarización de nivel secundario, como tenemos nosotros, puede tener otros índices diferentes a los de países que tienen el 69% o el 65% de cobertura."
Las argumentaciones de Sileoni no son, según él mismo aclaró, "justificativos sino complejidades a la hora de leer los resultados".
La participación en el estudio conducido por OCDE es una decisión voluntaria de cada país. Si el Gobierno tiene tantos reparos ¿por qué mantiene su participación? "Porque no queremos aislarnos del mundo ni esconder nada", respondió el ministro, que anticipó que están avanzadas las conversaciones con ministros de Educación de América latina para obtener una evaluación de carácter más regional. De ahí que la continuidad de la Argentina en la prueba PISA no estaría asegurada. "Estamos viendo qué es más conveniente", dijo Sileoni.
Para el director del Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (Cippec), Axel Rivas, "las pruebas de PISA son el instrumento más serio en términos de rigurosidad metodológica y el más polémico, por sus usos abusivos para extraer conclusiones de la realidad educativa comparada de los países, para medir los aprendizajes de los alumnos". No obstante, Rivas destacó la situación crítica de nuestro país, si se la compara con la primera medición del año 2000, y señaló que la Argentina "está por debajo de países de la región que tienen condiciones sociales iguales o inferiores y tradiciones educativas con menor fortaleza histórica". Y advirtió: "No deben extraerse resultados extremistas de estos diagnósticos, pero tampoco pueden ser ignorados"

Ranking mundial / Relevamiento en 65 países

Fuente:
Silvia Premat
Diarioa La Nación - Argentina



La Educación en España


La preparación de los maestros comienza en las facultades, pero la de los ciudadanos arranca mucho antes.



España tiene una asignatura pendiente en la formación de sus docentes 



Hay una especie de foco de sospecha sobre los profesores. Pero dígame, ¿cuántos de nuestros políticos, médicos o abogados pasarían una prueba de cultura general si se les hiciera hoy mismo?”. Juan Manuel Escudero, catedrático de Didáctica y Organización Escolar de la Universidad de Murcia, reflexiona un segundo y pone el dedo en la llaga. La reciente publicación de unos resultados parciales de las oposiciones a maestro que Madrid hizo en 2011, deja a los pies de los caballos a parte del colectivo.
El 86% de los examinados suspendió una prueba que incluía preguntas sobre los conocimientos que debe tener un alumno de sexto de primaria, con 12 años. Muchos de ellos, según la información facilitada por la Consejería de Educación madrileña, no supieron responder qué tipo de animal es una serpiente, cuál es la longitud de una circunferencia con un centímetro de radio, cuál es el significado de escrúpulo... Desde los sindicatos les acusan de intentar “hacer escarnio público” con los docentes al dar solo datos parciales de la prueba. La actuación de Madrid, inmersa en un cambio de los criterios para baremar a sus interinos, reabre un debate antiguo.
¿Reciben nuestros profesores la mejor preparación? ¿Se elige bien y a los mejores? ¿Reciben el respaldo necesario de las Administraciones? España tiene una asignatura pendiente en la formación de sus docentes igual que con otro tipo de profesionales, esos a los que alude el profesor Escudero, seguro de que previsiblemente no pasarían un examen de primaria. Distintos expertos también alertan de que, durante años, la entrada a las facultades de Magisterio era más una cuestión de supervivencia que de vocación (a la búsqueda de un puesto fijo tras tres años de carrera), los procesos de selección posteriores varían entre comunidades y casi de un año a otro y, además, el colectivo no goza del reconocimiento social y económico que merece.
“El nivel educativo de cualquier país depende de su capacidad para formar y motivar adecuadamente a sus profesores”, dice una de las máximas del informe de la consultora estadounidense McKinsey and Company, que analiza las cuestiones comunes entre los sistemas mejor parados en el informe PISA.
España tiene una asignatura pendiente en la formación de sus docentes 
El catedrático Juan Manuel Escudero cree que el primer gran problema para evaluar con profundidad la calidad de la docencia es que no hay datos suficientes en España. “No existen informes fiables, uno de los agujeros negros en nuestro sistema educativo es que no conocemos qué pasa por dentro”, señala el experto en Didáctica. “No hay datos ni evidencias contrastadas, seguramente tanto por desidia de la Administración como de los propios investigadores”, añade entonando el mea culpa.
La preparación de los maestros comienza en las facultades, pero la de los ciudadanos arranca mucho antes. “Es fácil echar la culpa al último, pero arrastramos déficits previos. Esto no se arregla con muchos exámenes porque estamos en un momento en el que, en general, ni se lee ni se escribe”, reflexiona Rosalía Aranda, decana de la Facultad de Formación del Profesorado y Educación de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM). Uno de los temas en discusión sobre la formación de docentes es la necesidad de buscar a los mejores haciendo que entren en las facultades solo aquellos con expedientes brillantes y notas muy altas. “Antiguamente quizá había alumnos que acababan en Magisterio porque no tenían nota para otra cosa, pero eso ya no es así”, indica la decana. Durante los dos últimos cursos, la nota de corte en su facultad ha rondado un siete. “Ahora vienen los que de verdad quieren”. Otra cuestión es que, aunque tengan buenos expedientes lleguen bien preparados. “Hay alumnos, aunque no se puede generalizar, que vienen sin conocimientos básicos que tendrían que haber adquirido en primaria y secundaria. Es un lastre que traen y que aquí no se trata, porque en una facultad en lo que hay que profundizar es en didáctica”.
En el examen de Madrid, según la información facilitada por la Consejería regional, hubo también graves faltas de ortografía (ánbito, adsequible, Nabarra...) que, según la decana de la Autónoma, se ven a diario en las aulas. “La cadena se tendría que romper aquí: que no les permitiéramos aprobar sin una falta de ortografía, pero eso lo regula cada profesor”, añade. No cree que se arregle con pruebas sino con un cambio de costumbres: “Nuestros alumnos no leen, nuestros ciudadanos no leen”.
“La formación de los docentes es francamente mejorable”, admiteFrancesc Imbernón, catedrático de Pedagogía de la Universidad de Barcelona. Critica en primer lugar que los planes de estudio difieran de forma considerable de una facultad a otra y también que se dé “una formación muy teórica y muy general” en lugar de primar la práctica.
La preparación de los maestros comienza en las facultades, pero la de los ciudadanos arranca mucho antes
Imbernón reclama una “especie de MIR del profesorado” posterior a las oposiciones para que los docentes culminen mejor su formación. También pide un reconocimiento social y económico para los profesores, aunque al más de medio millón de docentes de las aulas públicas españoles (entre maestros y profesores de secundaria) les ha ocurrido justo lo contrario en los últimos años: cada vez trabajan más horas, con más alumnos en las aulas y cobrando menos sueldo. El catedrático de Pedagogía solicita por último una mejora en la selección de los candidatos. Lo recomienda también el informe McKinsey en su edición de 2010: para mejorar en sistema hay que asegurar que la docencia se equipare con otras profesiones como la medicina, en la que participen profesionales altamente especializados. “Pero la formación inicial que adquieran en las facultades nunca será completa”, añade Imbernón.
“El examen que ha sacado a la luz Madrid no tiene nada que ver con ser pedagogo. A mí no me tendrían que preguntar los ríos de España, es mucho más importante que evalúen mi capacidad para enseñárselos a un niño ciego”. El argumento es de Nieves Díaz, de 33 años, maestra interina de educación especial en Madrid. Se presentó a las oposiciones de Madrid de 2011. No obtuvo plaza. La oferta era de 489 vacantes para 14.110 aspirantes, con 23 en su especialidad, Pedagogía Terapeútica. Pero recuerda que sí aprobó el polémico examen sobre el currículo de primaria. Ver los resultados en la prensa le ha indignado: “Me parece demagógico y descarado que faciliten esos datos”. El agujero, señala, está en otro lado. Para aprender el lenguaje de signos que necesitaba manejar en sus clases, pagó de su bolsillo tres cursos de 500 euros cada uno, porque el currículo reglado no lo incluía. “Mi formación me la he trabajado yo y, como la mayoría de mis compañeros, la pago de mi bolsillo”, denuncia.
Imbernón reclama una “especie de MIR del profesorado” posterior a las oposiciones
La docente, integrante de una plataforma de defensa de los interinos, respalda que se mejore la preparación de su colectivo “antes de empezar a trabajar y cuando ya se está en las aulas”. El dinero público para la formación continua de los maestros y profesores es otra de las partidas que ha sufrido un recorte considerable durante la crisis. El Ministerio de Educación dio un tajo de 2.000 millones en 2010 en sueldos, las actividades extraescolares, las becas y formación. Madrid, avanzadilla en las cuestiones educativas más polémicas, desmanteló ya en 2008, dos años antes, la red de formación del profesorado. Solo dejó cinco de los 28 existentes.
La mayoría de los cambios en un colectivo tan sensible para el futuro de un país como el de los docentes se hace más a golpe de decisiones políticas, sin abrir un debate sosegado y amplio en el que participe el mayor número de implicados posible. Los futuros maestros y profesores llevan más de un año castigados con los vaivenes de unas oposiciones menguantes. Casi todas las comunidades, por imposición nacional, rebajaron la oferta a cantidades 10 veces inferiores y, en casos como el de Madrid, las últimas de 2011 fueron anunciadas y desconvocadas en varias ocasiones.
Donde también hay vaivenes es en los criterios que deben primar a la hora de seleccionar a esos docentes y de ordenarlos en las listas de interinos. En principio, prima la antigüedad y la experiencia sobre la nota, aunque cada región va por libre. Andalucía intentó darle un vuelco a ese criterio en 2010. Llegó a aprobar una normativa, el decreto 302, que echaron atrás los tribunales y las movilizaciones de los sindicatos y los interinos. La Consejería de Educación de Madrid presentó ayer en el Consejo de Gobierno un acuerdo en el que dinamitan los años de experiencia para dar más peso a la nota pura y dura. La Comunidad de Madrid desdeña la antigüedad, con un aumento del peso de la nota hasta un 80% (alrededor del triple que ahora) y restando casi a la mitad el peso de la experiencia docente (14%). Los sindicatos han plantado cara durante más de un año porque consideran que los años de dedicación deben pesar. La consejera Lucía Figar pidió ayer además en una comparecencia pública al Ministerio de Educación que revise los planes de estudio y los temarios de las oposiciones a maestro porque existen “lagunas tremendas” en su formación. Desde el Ministerio guardan silencio. El asunto será abordado en un próximo asalto, señala un portavoz. Cuando terminen la tramitación de la Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (la LOMCE, comúnmente conocida como Ley Wert), se pondrán manos a la obra con el estatuto docente. Y en ese documento de líneas rojas para el profesorado tratarán, entre otros asuntos, la formación y selección de los profesores aunque no ha trascendido mucho más.
¿Cuándo y por dónde empezamos el cambio? El informe McKinsey señala que la mayoría de los países se pusieron en marcha por dos de estos tres factores: una crisis económica o política, malos resultados del sistema en algún informe nacional e internacional o una iniciativa política fuerte de un alto responsable político. España cumple ya los dos primeros criterios.



Fuente: Diario EL PAIS - España